Gladys Ortega

Gladys Ortega Hola, soy Gladys Ortega, si alguna vez nos encontramos y quieres ofrecerme un café o un chocolate, lo aceptaré encantada; Creo que nunca me he negado a uno, ya que son los dos únicos vicios que tengo… ¡aparte de las bodas!

Soy Wedding Planner por vocación y Wedding Vlogger por pasión.

Lo hago con mucha seriedad y sabiendo que asumo la responsabilidad del éxito de uno de los días más importantes de sus vida… ¿Cómo llegué allí?

Bueno… ¡gracias a la vida que siempre logra sorprenderte! Te lo explico mejor a continuación.

¿Cómo empezó mi aventura?

Fui director de marketing de varias multinacionales durante 12 años, organizando reuniones y ferias con mucha ilusión, hasta que la empresa en la que trabajaba sufrió los efectos de la crisis y cerró.

Tenía 29 años en ese momento y había dos caminos abiertos para mí:

  1. Empezar el calvario de enviar mi currículum a buscar un nuevo trabajo…
  2. Tomar mi vida en la mano y seguir el sueño de siempre: ¡organizar bodas!

Obviamente elegí el segundo.

Hoy, a mis casi 39 años, sé que fue el momento más afortunado de mi vida.

¡Y aquí estoy yo! Enamorada cada vez más de mi trabajo, de las bodas, de mis esposos, de su diversidad que continuamente me enseñan algo nuevo… y enriquecida con la llegada de un esposo fantástico y de Ariadna, mi pequeña torbellino.

Mi acercamiento

Estudio mucho y seguiré haciéndolo porque, si es cierto que la teoría por sí sola no lleva a ningún lado, también es cierto que la práctica por sí sola no lleva tan lejos, si no sabes lo que haces.

«No hay viento favorable para el marinero que no sabe adónde ir.» – EL Séneca

Por eso hay Bodas con encanto.

Pensé en trasladar alguna teoría, probada y comprobada por mí, a los esposos que quieren llevarla a la práctica y que quieren organizar una boda con «ese poquito más»: ¡una boda con encanto, de hecho!

Desorden, Gramática y Etiqueta

Ciertamente no soy perfecta, de hecho en casa soy muy desordenada, quizás porque concentro todo mi orden mental en el trabajo, y tengo mis obsesiones: la gramática (odio los horrores de la ortografía) y la etiqueta.

Mi bisabuela materna, Encarna, era una mujer noble que le enseñó a mi abuela y luego a mi madre las reglas del bon ton, con las que crecí feliz, hasta que descubrí que ya nadie lo conoce y me sentí un poco Marciana.

Así que decidí enseñarlo en el salón de clases.

Inesperadamente, me di cuenta de que en realidad a la gente le gusta mucho redescubrir la educación de antaño.

¡Espero que este blog de bodas pueda ayudarte a organizar tu boda con encanto!

Si te gusta, déjame saber lo que piensas dejando un comentario a continuación.

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